Es el telón de fondo de todas las postales de Xàtiva. El Castell, irregular y disperso pero imponente, es el irremplazable buque insignia del patrimonio de la capital de la Costera y el termómetro más fiable del éxito de Xàtiva como destino turístico (75.913 visitantes en 2016). Desde sus diferentes atalayas, el paisaje es amplio y diverso: la ciudad y su casco antiguo de calles retorcidas; la ciudad y sus disparates arquitectónicos del desarrollismo; la ciudad y su imponente Seu... O las montañas del Puig y Santa Anna, a lo lejos. Y el trasero valle de Bixquert, con sus verdes inagotables.

Poco importa que el castillo, en su conjunto, tenga junto a sus muchas luces como también algunas sombras. Es el emblema inevitable de la ciudad; el destino fundamental del visitante primerizo y hasta del habitual. En los últimos veinte años ha sido potenciado como nunca antes, con sus zonas ajardinadas y su remozado general. Pero ha sido un remozado más superficial que profundo. El Síndic de Greuges ya ha llamado la atención a los actuales gestores municipales (que heredan ese estado de cosas) por la situación de algunas zonas de la fortaleza. Y es que el Castell es un pozo sin fondo que necesita cuidados urgentes. Un tramo de muralla recayente a la Solana sufrió desprendimientos, y algunos restos de la parte alta de la fortaleza están en un estado preocupante.

El Castell de Xàtiva desprende historia por todos sus rincones. Dividido en dos espacios, el Castell Menor es el que más poso tiene: íbero y romano. El pasado islámico también está muy presente en toda suerte de restos. Pero no hay que olvidar que la fortaleza tiene varios edificios historicistas de apenas cien años. Son los más vistosos (o los más útiles; uno de ellos alberga el restaurante) pero los de menos valor.

De ahí que otros rincones como la Torre Cuadrada, la Puerta de Aníbal (del XV) o la prisión del conde de Urgel, por citar algunos, acarrean mucha más enjundia que las almenas de decorado del edificio administrativo. El Castell de Xàtiva abre de martes a domingo de 10 a 19 horas (horario de verano, de abril a octubre). Si el lunes es festivo no cierra. En el recorrido del trenet, de unos veinte minutos por el casco antiguo de Xàtiva, se incluye el ascenso hasta el castillo y una hora de visita a la fortaleza. Si pierde el tren y está dispuesto a caminar, no es ningún drama bajar a pie. La entrada cuesta 2,40 euros; menores y jubilados, 1,20 euros. Los niños hasta 10 años, gratis.

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  • Nits al castell. Una programación de lujo

Por el festival de verano del castillo han pasado artistas como Gloria Gaynor, Antonio Canales, Luis Eduardo Aute, Wynton Marsalis, Michel Camilo, José Mercé, Mª del Mar Bonet, Pedro Iturralde... Este año se celebra la edición número veinte y el cartel lo integran Manel, Sílvia Pérez Cruz, Estrella Morente e Iván Ferreiro (días 8, 15, 22 y 29 de julio).

  • Visitas guiadas

«La vida en los castillos»

A lo largo del año el castillo alberga visitas guiadas que instruyen al visitante sobre la historia y el patrimonio de la fortaleza. También son frecuentes los llamados recorridos teatralizados, con actores caracterizados de personajes históricos. Asimismo, la Caixa donó a Xàtiva la exposición didáctica «La vida en los castillos», que ahora es una muestra permanente ubicada en la fortaleza.