El viaje que A Mi Aire lleva a cabo a lo largo de la Comunitat Valenciana gracias al proyecto 'Los Paisajes Turísticos Valencianos, Valiosos, Valorados', de la UV y la Agència Valenciana del Turisme (AVT) nos lleva hoy a descubir Ontinyent de la mano de José Cantó Doménech, del dpto. de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales de la Universitat de València.

Ontinyent es la capital de la Vall d´Albaida, comarca encastrada entre La Safor, y La Costera en la provincia de València y que hace frontera con El Comtat, L´Alcoià i El Baix Vinalopó de Alacant. Como Cantó destaca, se trata de «uno de los ejemplos más característicos de ciudad media valenciana, con aproximadamente 38.000 habitantes, una de las cunas históricas del desarrollo industrial valenciano del textil».

En el año 1797, en sus crónicas Cavanilles ya hablaba de «1.500 personsa empleadas en la fábricas de paños, bayetones, lienzos y papel», dando fe de la tradición de la manufactura textil en Ontinyent, una de las grandes fuentes de riqueza de la zona a lo largo de los siglos.

De los munumentos de Ontinyent destaca la Vila (desde 1974 Conjunto Histórico Artístico Nacional). «A lo largo de ella se suceden las casas que apiñadas, intentan salvar los distintos niveles existentes y cuya disposición contrasta tanto con las áreas urbanas más modernas (Sant Josep y Sant Rafael), como con los amplios espacios industriales que configuran el núcleo urbano de la Ontinyent del siglo XXI», describe Cantó.

La riqueza patrimonial es ingente, destacando las murallas, la Plaça Major (siglo XVI), la Llotgeta de Mostassaf que alberga el castillo de madera, escenario de las embajadas de las fiestas de Moros y Cristianos; L´Almodí Vell (originario del siglo XVI, reconvertido en prisión en el XVII y actualmente sede del Museu Arqueològic d´Ontinyent i la Vall d´Albaida, MAOVA); Els Porxets (vestigios de los pórticos que cubrían toda la plaza en el siglo XVI), el Palau dels Comtes de Torrefiel (de los siglos XV-XVIII, actual sede del Ayuntamiento) y el Convent de les Monges Carmelites (de los siglos XVI-XVIII).

La entrada a la Vila se puede realizar bien por el Portal de Sant Roc o por la Pujada del Fossaert. En su interior destaca el Palau de la Vila o de la Duquesa de Almodóvar de los siglos XIII-XIX. Se trata de una fortaleza construida sobre un antiguo alcázar islámico y muy transformado en el siglo XVIII que alberga la Oficina de Turismo, la exposición permanente de Gegants i Cabets y el Museo Textil Valenciano. Tampoco hay que dejar de visitar la iglesia de Santa María (siglo XIV), cuyo característico campanario se ha convertido en referente distintivo de la ciudad. Su apariencia actual, con un original remate de forja, es consecuencia del impacto de un rayo en 1859, que destruyó completamente el existente, construyéndose en 1880 el actual.

La vida cotidiana, industrial y comercial de Ontinyent está íntimamente ligada a su relación con el Río Clariano. El Pont Vell, puente de dos arcos de medio punto, construido en 1500, comunica las distintas partes de la ciudad. Otros puntos de conexión son los puentes de La Costa, de Santa María y del Salt del Bou .

Recorriendo a Calle Mayor, el visitante se encuentra con la Casa dels Nadal del siglo XVIII, el Palau dels Maians o dels Marquesos de Montemira del siglo XVIII , el Palau dels Barons de Santa Bàrbara del siglo XVIII y el Palau dels Puig de los siglos XVII-XIX, así como las iglesias de Sant Carles y de Sant Francesc, las dos del siglo XVIII. Otras iglesias destacadas son la de San Carlos Borromeo y la de San Francisco.

Ontinyent tiene también una gran riqueza paisajística y natural en la que destaca el extenso el Paraje Natural Municipal que sigue el cauce del Clariano y que abarca una superficie de 2857,63 regalando al visitante diversidad de paisajes, plantas, animales y formaciones geológicas cuyo protagonista es el agua que ha propiciado los barrancos y las paredes verticales de roca caliza característicos de la zona. A lo largo de la historia el hombre ha dejado su huella en forma de viejos molinos de agua, cavas construidas para almacenar la nieve a modo de nevera, masías...

En sus barrancos (Tarongers, de l´Adern€), fuentes, asentamientos humanos, itinerarios (la Senda dels Enginyers, Les Serres del Torrater i de la Filosa)€ se puede apreciar tanto el alto valor ecológico como la evolución de una historia ligada al río Clariano y su aprovechamiento económico.

Destacan distintos parajes naturales como la Ombria d'Ontinyent. Pero el más carismático es el Pou Clar: conjunto de piscinas naturales de aguas cristalinas de color verde aguamarina, que en algunos puntos brota de la pared de roca, y que permite ver el nacimiento del río Clariano y que presenta zonas escarpadas, cascadas y diversas pozas en las que tomar el baño.

La fuentes de Ontinyent. Un elemento patrimonial presente en toda la población

Ontinyent destaca también por sus fuentes. A pesar que muchas de ellas se han perdido como consecuencia de las sequías de finales del siglo XX, podemos encontrar muchas tanto dentro del casco urbano (Font dels Violins, Bola, Regall, del Clot), como en zonas próximas como en la Ombria, la Solana y El Pla. El aprovechamiento hídrico ha ido adaptándose a las necesidades de cada épocoa. Si en un principio fue un uso agrícola, con la existencias de diferentes huertas que se llegaron a considerar como entre las diez huertas valencianas más importantes, se pasó a utilizar los números saltos de agua existentes de manera natural, como fuente de aprovechamiento energético a base de molinos y batanes en las distintas industrias de la localidad.