El geógrafo de Vallada (la Costera) Paco Tortosa ha recibido esta semana el premio de la II Edición de la Semana Europea de la movilidad sostenible en la Comunitat Valenciana a la trayectoria profesional por su trabajo incansable a favor del uso de la bicicleta y el transporte humanizado. Tortosa ha recorrido a lomos de su bici en los últimos 36 años, siempre de forma sosegada, una distancia equivalente a la que separa la tierra de la luna (340.000 kilómetros). Y está considerado el «padre» del cicloturismo de alforjas desde que publicó el libro «España en bici», escrito a cuatro manos entre Tortosa y Mar Fornés en 1983 (editado por Tierra de Fuego) que ya ha alcanzado la cuarta edición (Edicions 96).

P ¿Cómo recibe este premio a su trayectoria? Después de tantos años batallando por la movilidad no motorizada, aún está casi todo por hacer...

R Con mucha alegría, porque a todo el mundo le gusta que reconozcan su tabajo. También es el reconocimiento a toda una generación que ha trabajado anónimamente en estos temas y no se les ha reconocido su trabajo. Este premio es para ellos. Y para asociaciones como Valencia en bici o Con bici que llevan tantos años trabajando para crear ciudades más seguras.

P ¿Se puede crear una red de de carriles bici sin necesidad de grandes obras?

R Se puede crear una muy potente, segura y novedosa red de carriles bici autonómica simplemente uniendo los recorridos actuales: vías verdes, carriles bicis ya existentes, motas de ríos, canales de servicio de los trasvases de ríos y caminos rurales históricos con los que ya tendríamos el 70% de la red, por lo que sólo se tendría que ejecutar obras en un 30%.

P ¿Y por qué no se han ejecutado?

R Porque la movilidad no motorizada ha sido la gran olvidada a lo largo de los 40 años de democracia. Han pasado de nosotros olímpicamente y nos sentimos defraudados y engañados tanto los usuarios de la bici como los peatones.

P Al recibir el premio planteó renunciar al tercer carril en la V-21 y pedir a Fomento que destine ese dinero a la movilidad no motorizada en l´Horta...

R Invertir 30 millones en cuatro kilómetros de autovía es es tirarlos a la basura. Si se destinaran a una malla de rutas cicilistas en l´Horta para conectar los polígonos, las escuelas, los hospitales y los centros de trabajo sería una revolución para el área metropolitana de València. Si se desviara el 10% de los usuarios del coche a la bici, no haría falta construir esos cuatro kilómetros que cuestan 30 millones de euros.

P ¿Están preparadas las ciudades para ser declaradas ciudades 30?

R El Parlamento Europeo dice que las ciudades 30 son de aplicación urgente, necesaria y más que positiva para ciudades de 100.000 habitantes. Porque permite llegar a una parte a otra de la ciudad en un tiempo razonable. Otra cuestión, es que en ciudades como València ya se puede aplicar esa velocidad. ¿Por qué no las grandes vías Fernando Católico, Germanías, Colón o Guillem de Castro sin semáforos pero limitada la velocidad a 30 km/h. Y el resto a 20 km/h? Actuando sobre la velocidad evitaríamos muertes y heridos como los de esta semana en València y Castelló.

P También reivindica que la mortalidad cero se alcanzaría con autovías limitadas a 100 km/h y, el resto de carreteres, a 69km/h. No están preparados los conductores para tanto sosiego...

R Era una propuesta que planteaba, de forma muy acertada, Antonio Estevan. Cuando se reduce la velocidad los accidentes dejan de ser mortales. La sociedad española es una sociedad de nuevos ricos que circula con sus vehículos, a grandes velocidades, hacia nin