Aitana García, Dénia

El grupo Ecologistas en Acción ha hecho público un documento, «Banderas Negras 2006, ni un ladrillo más», en el que se destaca los puntos negros del litoral Mediterráneo, es decir, las zonas que se han visto afectadas por la devastación del territorio. En el informe se otorga una bandera negra a Dénia mientras que a Benissa y Calp se les adjudica dos puntos negros por diferentes actuaciones urbanísticas.

En el documento destaca como «gravísimos» los trabajos que la Dirección General de Costas está realizando con motivo de la regeneración de l´Almadrava, playa situada en el litoral de Dénia. Los ecologistas critican que los efectos de las obras han arrasado las praderas de posidonia marina cuyo impacto ha sido irreversible además en los recursos pesqueros de la zona.

El Plan Parcial previsto en los alrededores de las Salinas de Calp, mediante el que se construirán 2.200 viviendas, ha hecho que el muncipio se destaque en el informe como un punto negro. Un proyecto que fue aprobado justo tres días antes de que entrara en vigor la nueva ley urbanística y que se sitúa al borde de un humedal considerado como un paraje de especial valor medio ambiental.

Benissa también ha sido elegido como punto negro por dos actuaciones en contreto. El proyecto de la empresa Ronda Norte Benissa S.L. que prevé la construcción de 2.000 viviendas en medio millón de metros cuadrados. Además, el documento incluye el proyecto presentado por otra empresa, en suelo rústico para recalificar, que incluye un campo de golf y 500 casas junto a la urbanización La Chata.

Drenaje del Girona

Por otra parte, Els Verds-L´Entesa denunció ayer que las actuaciones que están llevando a cabo Costas y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para evitar los malos olores del río Girona están devastando la flora y la fauna que habitan en la zona. Según explicó el portavoz, Toni Roderic, la principal causa de esta destrucción de la especies es debida a la regeneración de l´Almadrava. Es precisamente esta actuación la que ha destruído la posidonia oceánica y por tanto la muerte de las algas que llegan a la desembocadura del Girona y la taponan. A raíz de esta situación, precisó el edil, empezaron los malor olores lo que ha llevado al ministerio a empezar las obras de dragado del Girona. Según denunció Roderic, «la limpieza tiene como consecuecnia la destrucción de la vegetación de la ribera así como de la fauna que también se ve afectada». En este sentido, matizó el edil, el color del agua del río el fin de semana era de color chocolate y las montañas de tarquín se acumulaban en los costados del río provocando malos olores. «Una imagen que no debería de darse en plena campaña turística», concluyó el concejal.

Els Verds-l´Entesa también criticó la situación de la desembocadura del río Alberca donde siguen apareciendo peces muertos por el taponamiento de la última parte del cauce. Con esto, exigieron, una vez más, medidas para que se evite la falta de oxígeno de la zona y con ello la muerte de más especies.

Por otra parte, el grupo político también denunció la desaparición de las dunas del litoral dianense ante el avance de los grandes bloques de edificios. «La masiva construcción provoca cambios en las corrientes marinas y por tanto se produce más erosión en las playas». En este sentido, destacaron que las continuas regeneraciones han dejado el litoral sin dunas. «La solución no es volver a poner arena sino parar la edificación y volver a ubicar las dunas que son barreras naturales contra la degración de las costas», señalaron.

Ocupan una zona verde

Por otra parte, Els Verds denunció además que el ayuntamiento ha ocupado con materiales de construcción una zona verde donde claramente especifica que sólo puede ser utilizada como tal. El espacio ajardinado se llama Oceà Atlàntic situado por la zona de Nova Dénia-Els Molins.