Estamos acostumbrados al derroche y a tirar el dinero público en obras faraónicas que no sirven para nada, salvo para engordar el bolsillo de algunos chorizos que se dedican a la política para medrar, pero es posible gestionar bien los recursos públicos. Un buen ejemplo de ello es el Ayuntamiento de Fontanars dels Alforins, gobernado por Compromís que se encontró el primer año de gobierno cuando llegaron a la alcaldía con una deuda de casi 1,5 millones de euros, lo que suponía un 160% de los ingresos corrientes anuales. Para entendernos, si hubiera sido una empresa privada hubiera quebrado a los dos días al no poder hacer frente a esa deuda porque los bancos ya no la hubieran seguido financiando. Pero como el dinero es de todos, parece que no se acabe nunca.

En estos casi tres años de legislatura que han transcurrido desde que Compromís ganó las elecciones han reducido la deuda a cero. Esto significa que se podrán destinar más recursos y por tanto, más dinero a políticas sociales y menos a pagar a los bancos.

Propósito cumplido para un equipo de gobierno joven con Julio Biosca al frente de la alcaldía que entre sus prioridades estaba pagar la deuda y acometer inversiones.

Ello ha sido posible gracias al trabajo en equipo, al compromiso y a la motivación, pero, sobre todo, a las ganas de hacer las cosas bien.

Fontanars era uno de los municipios de España más endeudados durante la etapa del PP. La situación se ha revertido, gracias a una buena gestión económica, que no ha llevado aparejada una nueva subida de impuestos