Estos días han circulado por las redes sociales unas duras imágenes en las que se puede ver cómo un grupo de senderistas rodea, agrede con palos y finalmente despeña ladera abajo a un indefenso jabalí. Uno de ellos, el que incita a lanzarlo, al final de la grabación grita: Ya está. Cumpliendo el objetivo que se habían propuesto que no era otro que dar muerte al animal y que mejor forma de hacerlo que arrojándolo desde lo alto de una cumbre.

Los hechos ocurrieron en la Ruta del Cares, en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa en una fecha todavía por determinar y fueron grabadas con un móvil por la persona que ha denunciado los hechos. La Guardia Civil está investigando las imágenes para dar con los autores de este brutal caso de maltrato animal.

Aunque en este caso al tratarse de un animal salvaje de aspecto fiero como es un jabalí, parece que la ley no le protege y ampara como al resto de mascotas como perros y gatos y es más que probable que aleguen en su defensa que el animal les atacó, argumento muy socorrido en estos casos, y finalmente se vayan de rositas.

Este grupo de senderistas , por calificarlos de alguna manera, siete en total, cuyo divertimento no consistía en pasear al aire libre, respirando aire puro de la montaña en un marco incomparable como son los picos de Europa, sino en causarle la muerte más atroz a un animal indefenso que tuvo el infortunio de cruzarse en su camino.

A algunos lectores les podrá parecer una paradoja que quien suscribe estas líneas, denunciando un caso de maltrato animal contra un jabalí sea cazador como es mi caso, aunque no practique la caza mayor. Lo sé y para quien no conoce la caza puede distorsionar el mensaje. Sin embargo, los cazadores, muy estigmatizados por una buena parte de la sociedad, no andamos, ni mucho menos, despeñando animales vivos por los barrancos ni mofándonos de actos tan crueles.