Este mes de mayo me ha llegado una factura de Iberdrola de 636,87 €. Lo primero que hice cuando la recibí fue presentar una reclamación en Iberdrola, tras varios minutos de espera al 900, que no es gratuito y comunicar al banco que no pagara el recibo, so pena, de que me corten la luz por impago. Pensaba que al comunicar el incidente en Iberdrola y darme un número de reclamación, no presentarían el recibo al banco hasta resolver el incidente. Les ha faltado tiempo. A los pocos días de recibir la factura, ya estaba cargado el importe en la cuenta.

Iberdrola ha hecho una lectura estimada para el periodo comprendido entre el 28/2 y el 28/4, es decir, de dos meses, de 2.984 kwh. Hasta aquí normal, si viviera en esa casa, claro, aunque el consumo sigue siendo muy elevado para una vivienda particular, pero se da la circunstancia de que el inmueble en cuestión está vacío, no vive nadie en él y solo tiene 3 bombillas con sensor de las que se encienden por la noche y durante el día permanecen apagadas. Y una pequeña bomba de riego para los nogales, que solo funciona en verano.

El contador se encuentra fuera de la vivienda, con lo cual, deberían ser los propios operarios de la compañía los que se desplacen, como hacían antes y hagan la lectura de la luz in situ, en lugar de recurrir a la lectura estimada, que induce a numerosos errores. Cosa distinta, que no es el caso, es si el contador se encuentra dentro de la vivienda, con lo cual, hay que comunicar la lectura a la compañía.

A la potencia facturada (0,12 € kw día), hay que sumar: la energía facturada durante el periodo que corresponda (0,15 € KWh), la regularización del coeficiente de pérdidas, la regularización interrumpibilidad, el impuesto sobre electricidad (5,11%), el alquiler de los equipos (0,044 € día) más el IVA correspondiente (21%).

La compañía ha hecho una lectura estimada de 2.984 kwh de un inmueble que no tiene consumo porque la vivienda está vacía y nadie vive en ella. No me extraña que la compañía ganara el año pasado 2.422 millones de euros.