La dirección del PSOE parece estar dispuesta a pactar con Podemos para echar a Rajoy de La Moncloa, no así los barones territoriales con Susana Díaz a la cabeza, que piensan que no todo vale para tirar a Mariano Rajoy, que fue quien ganó las elecciones, aunque no con una mayoría suficiente para poder gobernar.

La victoria de los socialistas y la llegada al poder debe llegar de las urnas y no de pactos espurios, que solo buscan acabar con el PSOE, en favor de un leninista como Pablo Iglesias, que solo busca acabar con la democracia e imponer modelos fracasados como Venezuela.

La moción de censura planea en el ánimo de la nueva dirección socialista salida del Congreso y con un Pedro Sánchez reforzado, tras ser reelegido secretario general y barrer a Susana Díaz en las primarias socialistas.

Sin embargo, algunos han olvidado, que sigue siendo el mismo candidato y la misma persona que perdió las elecciones generales, cosechando los peores resultados de la historia del PSOE, dejando en el camino un partido profundamente dividido. Solo la gestora socialista con Javier Fernández al frente puso algo de orden, cordura y sensatez, permitiendo la formación de un gobierno y poniendo fin a la interinidad y a la parálisis gubernamental, en un claro sentido de Estado como debe hacer un partido con vocación de gobernar.

García- Page se ha aliado en Castilla La Mancha con Podemos, que ha entrado en el gobierno autonómico, y algunos han querido ver en este acuerdo la antesala de un gran pacto a nivel estatal entre ambas formaciones en una futurible moción de censura contra Mariano Rajoy.

Descartado cualquier pacto con el PP, el presidente de Castilla La Mancha solo tenía dos opciones: o convocar elecciones anticipadas o pactar con Podemos para sacar adelante los presupuestos.

La segunda de las opciones le garantiza de momento continuar en el gobierno, cosa distinta es durante cuánto tiempo, y la segunda le hubiera llevado con toda seguridad a perder de nuevo las elecciones.

La primera medida del nuevo gobierno autonómico no ha sido salir al rescate de las familias con problemas económicos, en paro o en exclusión social o paralizar los desahucios sino aumentar el número de altos cargos.

Lo público frente a lo privado. Mas funcionarios, más déficit público en detrimento de las políticas sociales.