Tengo la impresión de que Ximo Puig no se ha pronunciado todavía sobre si es partidario de la abstención o del no a la investidura de Mariano Rajoy, aunque, obviamente, ya debe de tener una decisión tomada al respecto porque dependiendo de lo que diga el Molt Honorable o defienda en el Comité Federal de mañana, seguirá siendo presidente de la Generalitat o no.

Pero esto no solo le pasa a Ximo Puig. Muchos socialistas, no se atreven a decir en público lo que dicen en privado por miedo a que los estigmaticen, salvo los socialistas del PSC ,que ya han dicho que votarán no, diga lo que diga el Comité Federal ,pocos se atreven a manifestarse públicamente a favor de la abstención. Como si abstenerse y desbloquear la situación que vive España desde casi un año fuera un auténtico pecado o algo peor. Lo que es lamentable y la culpa es de los políticos, es que después de dos elecciones generales todavía estemos sin gobierno y algunos planteen, incluso, unas terceras elecciones para desbloquear la situación, a sabiendas de que puede ser el final del PSOE como partido hegemónico de la izquierda.

El gran error de los partidos ha sido que han pensado más en ellos mismos, que en los intereses generales de España.

Podemos ya ha anunciado que está dispuesto a romper los pactos que mantiene con los socialistas en Ayuntamientos y CC AA, entre ellos, en el País Valenciano, si finalmente el PSOE se abstiene en la investidura de Rajoy. En Castilla La Mancha ya lo han llevado a la práctica y eso que aún no se ha producido la investidura ni el Comité Federal ha tomado una decisión en un sentido o en otro.

La misma regla de tres deberían aplicar los socialistas, allí donde gobiernan con Podemos y sus confluencias, como es el caso de Madrid o Barcelona. ¿Por qué los siguen apoyando?.

Hay quien sostiene dentro de Podemos, como es el señor Errejón, que una cosa son los gobiernos autonómicos y municipales y otra bien distinta el gobierno de la nación. Y en eso creo que tiene toda la razón.

Sin embargo, el inefable Iglesias Turrión no piensa lo mismo que su becario y apuesta por quitar el apoyo a los socialistas, si se consuma finalmente la abstención en favor de Mariano Rajoy.

En un ejemplo de coherencia ideológica, el señor Iglesias votó en contra de la investidura de Pedro Sánchez, cuando la formación morada pudo haber votado afirmativamente y haber convertido a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno. Ahora amenaza con romper sus pactos con los socialistas, si se abstienen en la investidura.

La pura realidad como han demostrado los hechos es que esa postura de cinismo político solo ha beneficiado al PP y al propio Mariano Rajoy.

Si finalmente, el PSOE se abstiene en la investidura, que es lo más probable que ocurra porque la gestora ha puesto cordura donde antes solo había bloqueo y sinrazón, mucho me temo que el tripartito valenciano tenga los días contados.

Pero más allá de la investidura, que, obviamente, es el primer paso para poder tener presidente y gobierno, luego hay por delante una complicada legislatura de gobierno en minoría, donde si no hay un acuerdo de mínimos para aprobar las leyes entre PP-PSOE y Ciudadanos, lo veremos muy pronto durante la aprobación de los PGE, volveremos de nuevo a las urnas en la primavera de 2017. Dándose la triste paradoja de haber tenido un gobierno que ha durado más tiempo en funciones que gobernando.