Correr por un fin solidario se ha convertido en algo ya habitual para el gran pelotón atlético valenciano, pero hacerlo sin un destino predefinido y perseguido además por todo un ilustre piloto como Carlos Sainz Júnior era toda una novedad a la que quisieron sumarse ayer más de 2.000 valientes. Todos ellos contribuyeron a recaudar 40.000 euros para luchar contra la lesión de espina bífida, pero la cifra mundial fue mucho mayor pues en los 33 países participantes compitieron un total de 130.732 atletas. Algunos llegaron muy lejos, como el vendedor absoluto, el italiano Giorgio Calcaterra, a quien su «catcher car» alcanzó a los 88,3 kilómetros en Milán. Otros hicieron lo que pudieron, los hubo que salían solo a disfrutar y otros que tenían bien pensado y calculado cuándo los iba a alcanzar Carlos Sainz.

Cuando se producía el inevitable desenlace había reacciones de todo tipo. Estaban los que se rendían sin más, satisfechos por un nuevo reto superado. También los que se ponían nerviosos, gritaban, intentaban acelerar el paso, miraban hacia atrás nerviosos, pero, poco a poco, todos fueron siendo alcanzados. Entre ellos, el más insistente en Valencia fue el noruego Jarle Risa, que, con sus 65,51 kilómetros, lograba batir al gran favorito, Chema Martínez. Su alegría al finalizar era más que justificada: «Chema Martínez ha sido muy rápido, hubo un momento en el que no esperaba ganar, pero al final logré alcanzarle». Por su parte, Chema, pese a no vencer, estaba «muy satisfecho por batir mi récord de kilómetros. Me subía por las paredes cuando le ponían la banda y la corona al noruego», confesaba con buen humor al tiempo que lo retaba ya para 2017.

No hubo sorpresa en la categoría femenina y la ganadora fue la gallega Cristina González. Ella logró aguantar hasta los 46,3 kilómetros, ya en mitad de los arrozales de la huerta valenciana y se iba feliz: «Era una experiencia distinta para mí, que habitualmente preparo prueba de 100 km. Se lo recomiendo a todo el mundo porque, además del aspecto deportivo, está también el solidario». En mujeres, la más resistente del mundo fue la japonesa Kaori Yoshida, que se paró en 65,71 km en Takashima. Tanto ella como Calcaterra batieron el récord de la prueba.