La carrera de las carreras volvió a inundar ayer Valencia de deporte, de ilusión, de alegría. Las grandes vías cambiaban el tráfico rodado por los más de 14.000 pares de zapatillas que dedicaron este mañana de domingo tan especial para hacer aún más grande a la 34ª Volta a Peu a Valencia-Caixa Popular. Tras las incógnitas del año pasado, esta mítica prueba ha renacido, y de qué forma, para sacar pecho, músculo y orgullo y dejar claro que aquello de que Valencia es «la ciudad del running» o, mejor, «del atletismo popular» no es una frase manida, sino una realidad que se comprueba cada fin de semana y más aún cuando concurren eventos como este.

Desde la velocidad impresionante del vencedor (24:51), el veterano, aunque debutante en Valencia, Abdelhadi Habassa, hasta la tranquilidad y relajación de los caminantes, algunos de los cuales completaron los ocho kilómetros en casi dos horas, hubo toda una fauna de gente con propósitos muy dispares. Estaban los veteranos que arrastraban a amigos y familiares. Los jóvenes que se estrenaban en esto de correr 8.000 metros. Los que lo hacían en silla de ruedas, que tenían, además, mención especial pues el euro solidario de este año era para la Federació d´Esports Adaptats (FESA). Los que se disfrazaban, los que corrían con sus mascotas, las parejas de enamorados, los abuelos con sus nietos y nietas... y también, desafortunadamente, los que todavía se suman, pero sin dorsal.

La prueba salió con un ligero retraso desde la Alameda. Primero pasaban los ciegos, luego los participantes en silla de ruedas y, de repente, surcaban las calles, como una exalación, los favoritos. La gente, impresionada, no paraba de aplaudir. Muchos, sabedores de lo atractiva que es esta salida, preferían ver el inicio como público y luego, tranquilamente, agregarse al pelotón. «Nos metemos aquí, va ahí vamos», y para dentro.

De repente, la meta estaba vacía, pero duró poco poque apenas unos minutos después de que los rezagados, que siempre los hay, se pusieran en marcha, el ilustre «speaker» Recaredo Agulló ya anunciaba que el ganador se acercaba. Había expectatición por ver quién era. El gran favorito era Mohamed Mohattane, pero desde que el líder salía del puente del Real se veía que no se trataba de él. Cuando le faltaban pocos metros se resolvió la duda y quedaba claro que el más rápido había sido el marroquí, Abdelhadi Habassa. Él es uno de los corredores estrella del recién creado Valencia Coratge y Força 1924, que se estrenaba en esta carrera y que se había marchado solo desde el minuto tres a pesar de que, como confesaba luego el presidente de su club, Felip Pinazo: «llegaba resfriado del pecho. La noche anterior estaba con vicks, con almohadillas de calor, sudando, pero hizo una gran carrera».

Además, llegaba algo «cansado porque su mujer es atleta de élite y hace dos semanas le hizo de liebre para que corriera el maratón de Agadir de Marruecos, donde quedó tercera».

Mención especial merecen también sus acompañantes en el podio de honor, el marroquí afincado en Valencia, Aymán Sittou y, especialmente, el paralímpico de Castellón Abderramán Ait que se había apuntado horas antes de la prueba y que confirma que es una gran apuesta de medalla para el maratón paralímpico de Río. Él fue dosficándose durante la prueba y consiguió llegar con las fuerzas necesarias al sprint final para conquistar el tercer puesto por delante del atleta del C.A. Benetusser, Miguel Vázquez.

La lástima de la jornada fue, precisamente, la del gran favorito, Mohattane, que se retiró cuando iba tercero, al parecer, porque no se encontraba en buenas condiciones. Seguro que lo volverá a intentar en 2017.

Isabel Checa hace doblete

Si en la categoría masculina se daba la sorpresa, en la femenina se cumplían las expectativas y, como ya hiciera en 2015, la olímpica Isabel Checa (Cárnicas Serrano) era la ganadora sin discusión. Ella adelantaba a hombres sin parar hasta conseguir ganar con 28 minutos y 27 segundos. Eso sí, se quedó lejos del récord de la prueba, que ella misma estableció en 2015, de 27:15, auque su alegría era igualmente radiante. No en vano le sacó casi tres minutos a la segunda clasificada, la hispano-vietnamita, Huethi Nguyen (Capol), que corría por primera vez aquí y que logró mantener la distancia con la tercera clasificada, Lucía Espada (S.D. Correcaminos). Esta la siguió de cerca durante gran parte de la prueba, pero no pudo con el sprint final de su rival.

Un ambiente espectacular

Otros ganadores de esta carrera fueron, un año más, la gran cantidad de aficionados que coparon todo el tramo del recorrido animando y dando alas a todos los participantes. Si algo destacan los que vienen a correr a Valencia procedentes de otros lugares es el gran ambiente que se vive en cada carrera y en eso la Volta a Peu tiene mucho que enseñar y presumir. Esto es, una fiesta de todos y para todos.