Valencia volvió a reunir ayer a dos de sus grandes señas de identidad como son las carreras populares y las fallas. De este modo, más de 5.000 personas se dieron cita de buena mañana en los alrededores de la Plaza del Ayuntamiento con el objetivo de completar los 6.152 metros de la VII Volta a Peu de les Falles. La afluencia era tal que, como si se tratara de un Medio Maratón o un maratón, pruebas que ya asoman en el calendario «runner», la organización planeó dos salidas. Una para los que cuentan con mejores tiempos, que arrancó con el pistoletazo de salida, nada más y nada menos que de la fallera mayor de Valencia 2017, Raquel Alario. Y otra para el gran pelotón y que también se vivía con nervios y muchas ganas.

Tras dar la salida, Alario animaba a todos los aficionados a este deporte: «Las carreras populares están teniendo un gran auge y admiro mucho la gente que hace este esfuerzo y si encima se unen con las fallas ya es increíble». Luego se dirigió, con toda celeridad, como el resto del público, a la meta situada en la plaza del Ayuntamiento pues en apenas 18 minutos (18:25) la estaba cruzando ya el ganador, Amine Chaoui, del Maskokotas. Poco más hubo que esperar para ver a la ganadora (21:17), una Raquel Landín a la que le fascina esta prueba.