La ciudad de Valencia despierta hoy con un nuevo color; el amarillo del «gold» del maratón, pero también con muchos; los que lucirá el diverso pelotón de valientes que tomará la línea de salida y que contribuirá a que, un año más, esta prueba crezca en participación, en nivel, en emoción, pero también en el apoyo de la gente. Sí, porque más allá de los y las que se calzan las zapatillas para intentar batir sus marcas, para correr por una persona especial, para iniciarse en esto de los 42 km... están también todas las personas que les animarán durante un recorrido eminentemente urbano y que, como no puede ser de otra forma, recorre los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Desde el pasado viernes, cuando se abrió la nutrida feria del corredor en los alrededores de la Ciudad de las Ciencias, Valencia ha sido un goteo constante de maratonianos, familiares, amigos, que llegan, con la máxima ilusión, a probarse en uno de los circuitos más rápidos del mundo o a animarlos. No es nada fácil encontrar lugares en Europa a finales de noviembre donde poder correr a la agradable temperatura (unos 17 grados) que hará hoy enValencia. Y esa, la buena climatología, es otra clave para explicar el éxito, año tras año, de esta carrera.

Más de 40.000 personas se esperaba que pasaran a lo largo de todo el fin de semana por la citada feria donde más de 140 stands, con actividades muy diversas, servían como un gran aperitivo para lo que les aguarda a lo largo de esta mañana. Sobre las 8.30 horas, cuando se de el pistoletazo de salida, de nuevo media ciudad estará cortada. Habrá gente que proteste, es normal, habrá quienes no entiendan, todavía, la dimensión de una carrera como esta. Pero también habrá quienes madruguen no para correr, no para superarse a sí mismos, sino para otro motivo tanto o más loable; animar a otro. Darle su apoyo incondicional, sin esperar nada a cambio más allá de una sonrisa, de un gesto de complicidad, o simplemente, del puro ánimo interior que te hace continuar y, pese a la fatiga, pese a los dolores, pese a que la cabeza te diga «¿qué estás haciendo?» seguir un kilómetro más, y otro, y otro, hasta alcanzar a ver la esperada alfombra azul por encima de las aguas del lago del Museo de las Ciencias.

Cifras de impresión

Más allá de que se consigan batir o no los récords masculino (2.06:13) y femenino (2:26:57) logrados el año pasado, algo que, viendo el nivel de los élite es más que probable que suceda, pues, entre otros, están los actuales plusmarquistas el keniata John Nzau Mwangangi y la namibia Beata Naigambo, las cifras ya hablan por sí solas. Entre el maratón (19.000 personas) y la 10 K (8.500) habrá casi 28.000 corredores de 82 nacionalidades. Habrá 2.714 mujeres en los 42 km y más de un 30% de gente llegada de otros países, un reflejo de la diversidad y la repercusión de esta prueba.