Batir el récord del mundo de Maratón no es una tarea sencilla. Conseguir que ese récord sea válido, tampoco. El Maratón de Valencia Trinidad Alfonso EDP del próximo domingo cumple con una serie de requisitos de control necesarios para que las marcas de los atletas puedan ser homologadas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Todo está listo por si el domingo la suerte acompaña y hay un nuevo récord mundial maratoniano.

Una de las claves para certificar un posible récord es el reloj. O los relojes. Y es que el cronómetro instalado en la línea de meta, pese a ser la referencia para los espectadores, no señala el tiempo oficial de la prueba. Las marcas de los atletas vienen determinadas por un chip o transpondedor que cada corredor lleva en el pecho. Además, el tiempo registrado por ese chip se contrasta con los tres cronometradores manuales en línea de meta, controlados por tres jueces de la carrera. «El cronómetro manual es el oficial, porque el corredor se pone en marcha de acuerdo con este reloj», señala Julián Alarcón, juez del comité valenciano, quien recuerda que en el pasado Medio Maratón hubo que esperar a contrastar los tiempos del chip y los tres relojes manuales antes de anunciar el nuevo récord mundial femenino.

Sin embargo, el jefe oficial responsable del cronometraje, nombrado por la Federación Española de Atletismo para el Maratón del domingo, tendrá que esperar al visto bueno del juez árbitro de la competición, el que certifica que todo se ha desarrollado conforme la normativa reglamentaria de la federación internacional. También es designado por la Federación española y procede de fuera de la Comunitat Valenciana.

Una vez el tiempo se confirma, en el caso de haber récord hay un protocolo burocrático. «Hay que rellenar unos impresos para presentar a la IAAF con la documentación sobre la distancia de la prueba, el récord, los datos del atleta, la fecha, la ciudad, el país... Además se piden los resultados de los primeros clasificados. Todo eso lo ha de certificar los jueces de la prueba. En el caso de que haya foto ´finish´ se necesita aportar el tiempo manual y el del chip», explica Alarcón.

Por otro lado, en el caso de un récord del mundo, como sucedió en el Medio Maratón, hay que volver a medir todo el circuito con un contador Jones, en una bicicleta, que mide con exactitud hasta los centímetros. «Cada mil metros se da un metro de más para que no haya problemas para la homologación del recorrido». Es decir, el Maratón mide 42 metros más delos 42 kilómetros y 195 metros.

Una vez completado todo este proceso, la IAAF dedica entre 4 y 5 meses a estudiar el récord antes de homologarlo y darle validez.

València lo tiene todo preparado, sólo falta el récord del mundo.