Rubén Mateo Ballesteros fue el último clasificado del Maratón 2016. El año pasado, este valenciano entró en la meta con un tiempo de 6:09. El atleta se había lesionado en el kilómetro 12, había tardado una hora hasta llegar hasta el 15, y tras concienciarse de todo lo que le quedaba por delante, tomó la decisión de acabar la carrera. Fue una gesta. Toda una heroicidad.

Este año, Rubén Mateo estaba concienciado. Había entrenado y esperaba hacerlo mucho mejor. Y así fue. Entró en la meta con un tiempo de 4:09:41. Es decir, bajó en dos horas su marca del año pasado. Pero no todo quedó ahí. En esa marca también hubo algo de gesta. Porque su rodilla, la misma que el año pasado le jugó una mala pasada, le volvió a causar problemas.

Así lo contaba a este periódico al entrar en la meta: «La verdad es que estaba muy cómodo, realizando una buena carrera, e iba por debajo de las cuatro horas con relativa suficiencia. Pero en el kilómetro 35 me volvió a molestar la rodilla. Esta vez fue por el lado externo. Pero noté mucho dolor y tuve que volver a parar un poco hasta que pasaron los dolores. Anduve, y decidí seguir corriendo», relataba.

A Rubén solo le quedaban siete kilómetros. Nada que ver con el calvario del año pasado cuando tenía por delante todo un muro de 30. Como ya sabía de que iba la historia, apretó los dientes hasta llegar a la meta con un tiempo mucho mejor.