No se encuentra ni en icebergs, ni en Francia, ni ninguna de esas marcas para pijos. No, el agua más cara del mundo, por una gracia de nuestro alcalde, José Manuel Haro, se encuentra en varias urbanizaciones del término de Xiva. Nos suministran agua envenenada, pero nos la cobran a precio de lujo. Para acallar conciencias, basta con una carta anunciadora del desacato. No se puede beber agua ni cocinar con ella, denominación de origen: «Agua no apta para el consumo humano».

¿Bajarán los recibos oportunos entretanto? No, ya son demasiadas veces en las que concurren dichos sucesos. Pero el señor alcalde, con esta notificación se lava las manos como Poncio y Pilatos, pero eso sí, lo realiza en su casa de Xiva con agua Perrier.

Y esto, que viene ocurriendo en los últimos años demasiadas veces, acabará como el rosario de la Aurora, el fatídico día que exista una desgracia personal. Aunque, para desgracia, poseer el digno pueblo de Xiva a un alcalde como José Manuel Haro. José Pardo Ferrer. Xiva