El apellido Blasco en la política valenciana tiene un aspecto de soberbia y prepotencia, de cambio de chaqueta cuando los vientos soplan de interés opuesto y de arrimar el ascua a su sardina siempre que se ha podido evitar que ello sea motivo de escándalo porque la situación era de amparo y ocultación. Pero finalmente la verdad hace justicia y el despropósito del apellido en determinados ambientes ha llegado demasiado lejos, vamos, ¡el dinero destinado a una ONG!.Miseria de un apellido cuando éste se lleva con tantos y tantos desatinos considerando que de intocable tenía todo y nada de vulnerable.