Leo en Levante-EMV una frase del señor Lluismi Campos, portavoz del Bloc-Compromís que dice: «Me acuso de comprar en Mercadona y Consum para que la riqueza se quede en mi país». Imagino que querrá decir una pequeñita parte de esa riqueza. Mercadona me ha vendido patatas de Israel y de Francia, cordero de Nueva Zelanda, judías verdes de Marruecos, cebollas ¡¡de Australia!! Y que lo nieguen los dirigentes de Mercadona. Señor Campos, ¿Cuando compro cordero de Nueva Zelanda, a aquel país no le da nada Mercadona? ¿Israel le da las patatas gratis a Mercadona? Ya sé, ya sé, que esos países le ponen a Mercadona mejor precio que los españoles. Oiga, es la ley del negocio. Pero no me diga que por comprar en Mercadona, engrandecemos España. Pregunte a los campesinos de la Comunidad, qué está pasando con la cebolla y la patata. ¿Y sabe que le digo? Que yo también me acuso (y tengo la suerte) de comprar verduras y frutas a los campesinos de mi comarca. Buenísimas, fresquísimas, baratísimas y esa riqueza sí se queda en nuestro país, en manos de nuestros trabajadores del campo. Y que conste por último, que veo a Mercadona como empresa ejemplar. Pero el negocio es el negocio.