Es vergonzosa la noticia del nombramiento de Rodrigo Rato como consejero de Telefónica, empresa por cierto privatizada por él y su amigo y expresidente José María Aznar. Estamos muchos deseosos de que se averigüe cuál fue su gestión de la maltrecha y arruinada Bankia. Los que aún tenemos en mente la foto familiar del recién estrenado presidente del que iba a ser uno de los mayores grupos financieros del país, junto a otros dirigentes de las siete cajas fusionadas. Resultó muy instructivo a la par que conmovedor, ver a todos juntos tocando la campanita de salida. ¡Sí! De salida, pero hacia la mayor ruina económica conocida en toda la historia de España.

Se continúa sin rendir responsabilidades judiciales. Como mínimo, se debería esclarecer si ha habido delito o no. Es lo menos que nos merecemos los danificados, que somos los que cargamos con la deuda que ellos han ocasionado

Como jubilado pensionista, me considero una vez más atracado por los miembros que componen el deteriorado gobierno español. No solo por el actual, sino por todos los que hasta ahora nos han venido gobernando para beneficio de ellos solos. No solo son los expresidente los que gozan de privilegios y mejoras económicas cuando dejan sus cargos, sino que son todos los políticos que al finalizar su vida política activa tienen esas ofertas de empleo muy bien remuneradas como presidentes de cajas de ahorros o como delegados o asesores en empresas que ellos mismos han privatizado.

Mientas tanto, con estos nuevos fichajes, a nosotros los jubilados se nos congelan las pensiones o no nos la suben lo que deben, y es un derecho que tenemos pagado con nuestros sacrificios, con miras a poder tener en el ocaso de nuestra vida unas comodidades muy merecidas. Por eso grito: ¡Arriba las manos, esto es un atraco!