Es indignante leer en Levante-EMV sobre la aceptación de viviendas de varias empresas valencianas como dación en pago de sus deudas con el Banco de Valencia. Una familia angustiada por falta de trabajo y dinero no puede entregar la vivienda, con la consiguiente pérdida de la cantidad entregado hasta esa fecha. Y se acepta a las empresas, que además de haber ganado mucho dinero con anterioridad, dejan indemne su patrimonio, haciendo que el banco y sus accionistas sufraguen las pérdidas ocasionadas. No es justo. Juan Andrés Martínez Cabezas. Valencia.