Los medios de comunicación tienen el poder de rescatar a un personaje, por muy malvado que haya sido, del lugar que ocupa en la memoria colectiva. Solo tienen que darle soporte para que el ciudadano vaya olvidándose poco a poco de sus malas acciones en el pasado. Es la estrategia que se está siguiendo con Aznar, que no deja de estar en la palestra ya sea diciendo tonterías, presentando un libro o ejerciendo de ficticio opositor de Rajoy. Ya casi nadie se acuerda de que este oscuro personaje tomó alocadas y chulescas decisiones que causaron mucho dolor y sufrimiento cuando fue presidente del Gobierno. Presume de milagro económico en su legislatura, pero bueno será recordar que bajo su mandato se gestó la burbuja inmobiliaria y que cuando España iba bien, la mitad de las familias españolas tenía problemas para llegar a fin de mes. Este oscuro personaje que preside una no menos oscura fundación no solo no muestra arrepentimiento, sino que presume y se vanagloria de sus graves errores. Esta atención mediática a un personaje carente de valores éticos y democráticos, solo puede responder al deseo de borrar de la memoria colectiva sus erráticas decisiones. Luis Carlos Rada Álvarez. Valencia.