El lunes 11 de noviembre, apenas cumplido un año de su retiro al cementerio de San Atilano, en Zamora, el padre García Calvo pegó un respingo al oír que Martín Pacheco aprovechaba sus versos para pedir en este periódico nada menos que una televisión (valenciana) libre. ¡Televisión y libre! ¡Agárrate, que te pilla el oxímoron! No sabemos si el padre Agustín se lo tomó a cachondeo o si, por el contrario, aún se está preguntando cómo ha podido servir su Libre te quiero para defender aquello que más abominaba y nos enviará como castigo la próxima gota fría. Qué engañifa, señor Pacheco.