Desde hace ya tiempo, las redes sociales se han asentado en el día a día de la gente y, por lo visto, no tienen pensado moverse. Cada persona chequea su móvil alrededor de unas ciento cincuenta veces al día y pasamos mucho tiempo navegando por internet.

Pero, ¿por qué esta adicción? La mayoría de cosas que vemos son irrelevantes y las olvidamos en el momento en el que le damos a «siguiente». Matamos horas simplemente haciendo nada, fingiendo interesarnos por el problema de algún desconocido y compartiéndolo más por inercia que por empatía. Escribimos carcajadas sin siquiera inmutarnos y proyectamos una personalidad falsa a través de nuestros perfiles y la minuciosa elección de nuestras publicaciones.

No crean que yo escapo de esto, no. Es una práctica que ocupa alrededor de tres horas de mi tiempo diariamente. Mas, ¿haré algo para remediarlo? Lo dudo. ¿Y usted? Daniel Biendicho Prieto. Valencia.