Ha quedado muy bien terminada la acera continuada de la avenida de Navarro Reverter de Valencia, ancha y espaciosa, incluso ya se podía caminar, aún con las mesas y sillas de bares y restaurantes puestas ,lo que antes eran verdaderos recovecos para pasar. Pero eso fue la primera semana, ya hay alguien que aprovecha la anchura de la acera para poner doble cantidad de sillas y mesas y vuelve a existir un pequeño espacio para pasar los peatones, cuando la acera es inmensa. No obstante ello, y en relación, me hace pensar también en las calles, que creo están erróneamente rotuladas, pues se anuncian en carteles como calles peatonales, pero conculcada la expresión por mesas y sillas en demasía, con pasillos estrechos para pasar. Y no sé lo que sucedería en caso de evacuación rápida y por algún motivo accidental. Después también van por esas calles ciclistas incívicos a gran velocidad, que aunque saben que para poder circular por ellas tienen que desmontar de la bicicleta, no lo hacen, y aunque conocen bien las placas de prohibición que están al comienzo y al final de las calles peatonales, y en las que solo podrán ir los ciclistas si se dice con cartel expresamente que sí pueden. Son los mismo incívicos que contra la ley circulan por las aceras, parques y jardines molestando a los peatones. Circulan también motos por estas calles peatonales para acortar su camino a otras calles, y no solo es el circular prohibitivamente lo molesto, sino los gases de la gasolina y el aceite mezclados, que molestan por su cercanía a los peatones, precisamente en una calle peatonal. Si el horario es de carga y descarga, el caos es evidente y está servido, pues el peatón difícilmente puede pasar entre camiones y furgonetas, que muchas veces circulan peligrosamente marcha atrás, sin tener en cuenta que la prioridad está de parte del peatón, ya que al parecer ya no existen como antaño esas carretillas que personas musculadas, hacían el reparto, aparcando correctamente en calles adyacentes. Francisco Javier Sotés Gil. Valencia