En mi condición de propietario del Trinquete de Pelayo de Valencia, deseo rebatir algunos de los comentarios aparecidos el 5 de septiembre de 2015 en el diario de su digna dirección en un artículo firmado por el Sr. Alberto Soldado. Dice éste que el Sr. López, candidato a propietario y/o arrendatario de la citada instalación mostró una copia de todos los escritos intercambiados conmigo en una reunion convocada al efecto.

Desde luego estos escritos no dejan en muy buen lugar al Sr. López por las contradicciones que contienen como decantarse más de una vez por una opción de alquiler sin vinculación adicional.

La afirmación de que creo tener todos los ases en la mano me parece desorbitada. Más bien es todo lo contrario puesto que el Sr. López no pretende una negociación sino una imposición. No sólo exige fijar el «cuando» pagar sino también el «cuanto» en una operación de venta.

Si no admite debate respecto a lo primero, tendría que transigir en lo segundo hasta una cantidad acorde, desde luego bastante superior a los 600000 euros que ofrece y que es casi 70000 euros€ inferior a la tasación oficial efectuada por la Generalidad valenciana con ocasion del Impuesto de Sucesiones, hace casi seis años.

Por otra parte, solo se hacen divagaciones respecto al coste real de las obras de adecuación. Yo he pedido presupuestos al Sr. López puesto que conozco personas expertas en el tema y no se ha dignado responder. En todos los arrendamientos concertados hasta la fecha, el mantenimiento siempre ha corrido a cargo del inquilino puesto que, de lo contrario, sobrepasaría ampliamente la renta pactada. Todos los arrendatarios han permanecido el tiempo que han deseado y no tengo noticias de ninguno que no haya amortizado su inversion durante el tiempo transcurrido.

Surge también el tema de la expropiación forzosa. Sin embargo ésta no es una incautación puesto que vivimos en un Estado de Derecho. Además si actualmente asiste poca gente al trinquete, ubicado en pleno centro de Valencia y a pocos metros de la Estación del Norte, ¿cuántos irían a la Universidad Politécnica o a otro lugar en que se construyese uno nuevo?

Por otra parte la actitud del Sr. Tuzón de romper unilateralmente un contrato pasa desapercibida. Quizá los juices no opinen lo mismo. Jaime Amorós Arnau. Valencia.