Los tiroteos escolares se están convirtiendo en endémicos en la América contemporánea: jóvenes incluso niños se lían a tiros con compañeros, maestros o cualquiera que se les cruza. Ciertamente la pelea es tan americana como el pastel de manzana aunque claro ahora se emplean armas de fuego y no los puños o las palabras. Ese país ha glorificado el dinero y ha creado sus mitos en relación a robarlo o protegerlo con las armas. Todos los niños nos hemos peleado por el amor de una chica, por el buen nombre de nuestra familia, hasta por una pelota. Pero en la mayoría de los países las consecuencias no pasan de un ojo hinchado o, en el peor de los casos, una pierna rota.

Solución: se podría controlar la venta y hacer recapacitar a los padres y madres estadounidenses sobre lo que es un arma y que no se pueden tener por casa como juguetes a alcance de niños y jóvenes. Andreu Mengual. Gandia.