Desde aquí quiero darle a María de las Cadenas mi más sincera enhorabuena por su artículo, si tuviese que valorarlo del 1 al 10 le daría un 12, por su valor de describir, sin tapujos, lo que la mayoría piensa de algunos programas de dicha cadena. Desde luego que es una compañía privada y puede emitir lo que se le antoje y le dé audiencia y dinero, lo mismo que yo tengo la libertad de cambiar de cadena o apagar el televisor. Pero me duele que esta gente esté contratada ganando verdaderas fortunas, sin dar más frutos que los escándalos que ellos mismos se fabrican, y luego hay verdaderos cerebros que para poder transmitir a otras personas los conocimientos adquiridos aquí en España tengan que emigrar a miles de kilómetros porque aquí, o no encuentran trabajo, o no pagan como se merecen son valores. Esperemos que esto se solucione y lo mismo que programan verdaderos bodrios, podrían dedicar parte de la programación a la cultura que a muchos nos gusta y nos hace mucha falta. Jesús Clemente Aldaia.