Arena que desaparece de playas, espigones que se crean para evitarlo, fracasos y problemas. Yo no se nada de esa técnica, de esa ciencia oceanográfica, pero si sé que pegadas a la costa hay corrientes marinas paralelas a ella, y lo se por dos cosas. Porque de chaval en Cullera al ir entrando andando en el mar, a veces, te encontrabas con una especie de zanja en la que de repente te hundías, zanja formada por una corriente marina, y la otra, porque desde el Castillo de Cullera si miras al mar en esos días de calma en el los que no hay ni olas, se ven perfectamente las corrientes pues suelen distinguirse por distinto color.

Pues bien, si por cualquier tipo de construcción, espigón o lo que sea, se corta o se cambia el sentido de esas corrientes, los efectos serán imprevisibles e irreparables. Y eso es lo que ocurre al manipular la naturaleza. Al crear alegremente puertos deportivos, espigones y demás. Y eso es lo que se debería de tener en cuenta y al parecer no se tiene.ma y decía Willian Schakespeare: «Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada». Justo Díaz de Rábago. Cullera