Vergüenza, por no decir asco, es lo que estoy empezando a sentir por mi país, por su clase política, por sus medios de comunicación y casi empiezo a sentirlo por su gente. Estoy cansado del odio por el odio, sin reflexión, sin razonamiento, de oídas. También del patriotismo de pulserita, de mentiras, de cuenta en suiza y trabajador en negro. De que me tomen por imbécil, de que me etiqueten, me manipulen y encima me den la gracias. Hasta las narices de las dos Españas, de rojos y fachas, de la Constitución, de lo que no se puede cambiar, o no se quiere, de las mentes cerradas, del así se ha hecho toda la vida.

Señores estamos en 2016, y seguimos igual que hace 38 años, y cada vez más nos acercamos a 1936. Mi pregunta es, ¿no hay otra forma de hacer las cosas?, ¿existe la posibilidad de un pacto que beneficie de verdad a todos y cada uno de los españoles? Tan diferentes somos los unos de los otros, nuestros deseos, nuestras metas, nuestra vida. Pactar significa renunciar, hacerlo para lograr un objetivo común. Señores de la política, aprovechando que no hay gobierno, por que no se reúnen en el congreso, y debaten sobre España, piensan que le viene bien a España, nada de pactos secretos, ustedes frente todo el país, que la gente lo vea, y hablen, y pacten, aunque conlleve a renunciar en ciertos aspectos, demuestren que merecen estar ahí, que quieren lo mejor para todos los ciudadanos. Las posibilidades son infinitas, prueben nuevas formas de hacer las cosas, la humanidad no llegó a ser lo que es por que «así se ha hecho toda la vida», los que hicieron de este un lugar mejor fueron los que trataron de cambiar las cosas, los que trataron de pensar diferente. Solo pido que tengan un poco de decencia, de ética, si saben lo que es eso, podrían hacer historia, de la buena, de la que produce orgullo, o podrían pasar sin pena ni gloria, y el bolsillo lleno. Ferran Segarra Valencia.