He leído la noticia de la barbaridad de el corte de las 21 palmeras de 17 años de vida en Teulada, achacada a que las ramas impactaban con los tejados y hacían caer cascotes. Entiendo que los políticos no sepan nada de jardinería, pero sus empleados deberían saber que existe la poda para evitar lo que ellos llaman ahora un talado, serrado y troceado.

Un informe de dos técnicos incide en que los ejemplares talados no estaban catalogados ni protegidos por las leyes de patrimonio natural porque las washingtonas son originarias de México. Que yo sepa, casi todas las palmeras no tienen origen español, por mucho que se hayan criado en Elx, pero deberían copiar de los budistas, que reforestan las zonas quemadas para recibir el año tibetano.

Por otro lado, los técnicos deberían saber que en Valencia hay árboles que deben estar incumpliendo lo que establece el Código Civil. Con aceras y pavimentos levantados, con una altura de más de cuatro pisos y unas raíces que nada tienen que ver con las de las palmeras, por lo que dudo que las grietas fuesen provocadas por las raíces de las palmeras. Y en efecto se han estrechado calzadas por sus alcorques, pero para eso se han diseñado calles peatonales. Enrique Fernández Iniesta. Valencia