8 de marzo, día de la mujer trabajadora, esa estafa por la cual el capitalismo amplía su plantilla con mano de obra más barata. 9 de marzo: al ir a trabajar, lo primero que ven mis ojos es la consabida, repetida, aburrida, casposa y manida tetuda de todos los años, de todas las Fallas. El ninot (¿o debería decir la ninota?) más repetido. Los gestos en lo simbólico están bien, nadie lo niega, pero de qué sirve cambiar la imagen de los semáforos o la denominación del Congreso si luego, en el monumento que pretende ser patrimonio inmaterial de la Unesco, que ya lo es de nuestra comunidad, y que se supone encarna las señas de identidad de un pueblo, el nuestro, se repiten año tras año, esos tópicos rancios que destilan machismo y bastante poca gracia, que perpetúan una imagen denigrante y grosera de la mujer resaltando siempre su atributos sexuales. ¿Qué valores se están así promoviendo, qué imagen se está promocionando, a qué se asocia nuestra idiosincrasia?

Me dirán ustedes que hay fallas diferentes, donde se premia la inteligencia, la creatividad, el ingenio. Y que no son machistas. Saben bien que son la excepción. Por ello, señores (y señoras) ya está bien de tetudas. Estamos un poco hartas y por educación no diré hasta dónde. Laura Husé Valle. Valencia.