Como continúen teniendo problemas vecinales y muchas cortapisas municipales de última hora, se corre el peligro de que en breve plazo desaparezca el gran atractivo turístico de las calles iluminadas en el barrio de Ruzafa, ya que al no cobrar entrada las comisiones falleras no podrán realizarlas al depender de patrocinadores, y de éstos la significativa aportación de los mercadillos y las buñolerías. Por ello es importante que nuestras autoridades tengan en cuenta que la aportación del turismo es cada vez más necesaria para Valencia, una ciudad casi sin industrias y cuyo comercio sufre la competencia de superficies comerciales ubicadas, principalmente, en otras poblaciones de su área metropolitana, con el perjuicio de un sistema de transportes de superficie que se ciñe a los límites del cap i casal.

Espero que las iluminaciones espectaculares, con los 56 años de antigüedad de la pionera comisión Cuba-Puerto Rico, no tengan que pasar al baúl de los recuerdos como ocurrió desde muchos años atrás con las calles adornadas por las fallas Cuba-Denia en Ruzafa y Nador-Milagrosa en el barrio de Morvedre, y desde el año pasado en Padre Santonja-Cardenal Benlloch en Mislata, después de 41 años casi continuos adornando calle. Siguen algunas comisiones de barrios periféricos de Valencia y de municipios dentro del ámbito de la Junta Central Fallera, pero todas las ubicaciones lejanas del flujo turístico importante.

El Ayuntamiento y la Junta Central Fallera deben fomentar el aumento de atractivos y evitar pérdidas de alicientes turísticos tan importantes como las iluminaciones en Ruzafa que puedan repercutir negativamente en el conjunto de la fiesta fallera. Esteban Gonzalo Rogel. Valencia.