El mismo que no comparecía, a requeremiento de la Cámara en la legislatura en la que su mayoría absoluta fue mil veces utilizada como comodín para que no tuviera que hacer frente a cuestiones, para él, incómodas ( y subrayo para él, dada su peculiar personalidad), se niega ahora a someterse al control del Congreso, una de cuyas principales funciones es la control del Ejecutivo, porque está «en funciones». Es decir, ni antes lo hizo (él decidía cuándo, cómo y sobre qué), ni ahora... Lo que demuestra su personal concepto de la democracia.

Hombre ambiguo, opaco, más que lento,perezoso, más que perezoso, indolente, de razón aparente y que utiliza argumentos que, a sabiendas, no se ajustan a la realidad. Y repetidos, en progresión exponencial „mantra machacón„ por todo su grupo con el fin de que se perciban como la realidad. Es el mismo, recuerden, de «los hilillos de plastilina» cuando el Prestige: Imagínese lo que pasó, que no se sabia que iba a pasar, pero, si llega a pasar... lo que no pasó, gracias a Dios... etcétera. ¡Manda trillos! Francisco López Cordón. Valencia.