Hace poco más de diez años se reinauguró el balneario de la Alameda después de una restauración costosa. Desde entonces viene prestando un servicio a muchos valencianos que se benefician de las propiedades de sus aguas y de los servicios médicos y de fisoterapia que oferta. Entre ellas está mi mujer, de 55 años, que ha sido operada en tres ocasiones de la columna y tiene una importante minusvalía. Ella acude diariamente con una voluntad espartana, porque después de probar muchas terapias, la mejor opción para mitigar su dolor y conseguir relajar su musculatura es recibir los baños en el balneario. Y al igual que mi mujer, hay un nutrido grupo de personas mayores con problemas osteo-articualres, ancianos, etcétera, que se benefician de sus aguas.

Pero el balneario es también un foco de atracción turística de Valencia, por la calidad de sus aguas, por su cartera de servicios y su pequeño restaurante, que tiene una oferta digna, de calidad y con una excelente calidad-precio, y da empleo a un grupo de trabajadores cualificados. Los usuarios y trabajadores estamos muy preocupados por el futuro del balneario, pues se nos dice que el 30 de marzo cerrará sus puertas y nos quedaremos sin su servicio. No entendemos de problemas financieros, de deudas, pero ruego a las autoridades municipales o autonómicas que hagan lo posible por mantener abierto y en servicio el balneario, en beneficio de la salud de todos los valencianos, de la calidad de su oferta turística y de la continuidad del empleo de unos trabajadores que han demostrado sus cualidades y profesionalidad. Francisco Javier Orovitg Moreno. Valencia.