Una ciudad europea que nos emula en la amplia suciedad grafitera de Valencia es Berlín, y en un sector determinado. Allí se distingue la antigua parte comunista porque circulan tranvías y en la parte occidental lo hacen autobuses. Pero los tranvías están en paridad de suciedad como aquí, donde son ensuciadas con profusión paredes, patios exteriores, cierres metálicos de los comercios, maceteros ornamentales, cristalerías varias, etcétera.

En Berlín, los tranvías no solo sufren las embestidas de los incívicos grafiteros, sino que ademas con un cúter rayan los cristales de las ventanillas, lo que prácticamente te impide ver el exterior. Parece que toda esta gente sucia tenga derecho en todas partes a enguarrar las propiedades de los demás, sin que exista para ellos un castigo ejemplar. Abogo para cuando sean detenidos se les condene a varios meses de servicios comunitarios a la sociedad,sobre todo limpiando la ciudad de sus sucios grafitis. Francisco Javier Sotés Gil. Valencia.