Querido lector, le invito a salir a la calle. Observe el panorama rutinario, tot un galliner, y saque sus propias conclusiones. Hay una palabra, un valor, que a mí personalmente me están intentando inculcar desde temprana edad: educación. Pues bien, ya le adelanto que mucho civismo actualmente no hay, por desgracia; la sociedad carece de ello. Al contrario, da mucha pena ver la poca cortesía con la que uno se encuentra, por ejemplo, cuando te acercas con toda la amabilidad y buena intención del mundo a saludar a una persona.

Hay modales que te matan literalmente, te dejan atónito, que dicen mucho de como andamos en el nivel sociocultural en España, tremendo. Fíjese en los ancianos: gratas personas y dignas de profunda admiración. Los queridísimos abuelos, esas personas con una incalculable experiencia, en muchos casos son insultados, menospreciados y objeto de todo tipo de burlas... El mayor porcentaje de quienes así se comportan es de gente relativamente joven, que no valora ni aprecia el enorme papel de los abuelos.

Me produce especial emoción, mencionar a dos abuelos míos: Enrique Gabaldón y Alicia Aleixandre. Lo digo muy orgulloso: muchas gracias por todos vuestros consejos y recomendaciones. Más respeto hacia los abuelos, deberían ser eternos. Jesús Ascó Gabaldón. Xeresa