El cardenal y arzobispo de Valencia se ha convertido en cruzado contra lo que él denomina «imperio gay» y el feminismo «destructor». La homosexualidad, olvida este señor, siempre se ha promovido, motivado, extendido y practicado principalmente en el seno del régimen castrense de distinto signo o referente, y precisamente, donde más ha fermentado y se ha expandido ha sido en el seno de la Iglesia Católica. No soy homosexual, pero soy una persona tolerante y respetuosa, mi lema siempre fue «comer y dejar comer». A través de estas enseñanzas labriegas de mi señor padre, aprendí que lo de la homosexualidad no es un imperio, sino un colectivo extremadamente perseguido y en algún caso, incluso algún fusilado, como nuestro insigne poeta Federico García Lorca.

¿Qué credo asesina a poetas gloriosos por ser homosexuales? El mismo que practica y difunde el cardenal Cañizares y que quemaba a judíos vivos y a otros de distintas razas. ¿Qué cultura posee un credo que quemaba cientos de libros en hebreo y castellano? La misma que difunde el cardenal Cañizares. Era hora de liberar a ese colectivo y muchos han muerto sin querer salir del armario. Cada día, no lo olvide el cardenal, salen escándalos en el seno de su credo y su Iglesia, sobre púberes prostituidos sexualmente por sacerdotes homosexuales y altos dignatarios de la Iglesia Católica. Así pues, menos lobos. José Pardo Ferrer. Xiva.