Aparecen artículos o noticias relacionados con la Albufera, lo cual es bueno, ya que denota sensibilidad y compromiso con el medio ambiente. Es muy importante que ese bien natural sea preservado y protegido. No obstante, todos esos artículos y noticias siempre se refieren a conferencias, visitas, estudios de investigación y acciones encaminadas a saber más y mejor. Esos estudios son de asociaciones u organizaciones ecologistas y financiadas mayoritariamente por entidades u organismos públicos, que alardean así de compromiso medioambiental. Otras fuentes de financiación son grandes multinacionales, que visten de responsabilidad social corporativa las grandes cantidades que aportan.

Hasta, aquí todo idílico. Pero cuando das una vuelta por el lago y su entorno de marjal, te preguntas: ¿por qué esa podredumbre vegetal?, ¿de dónde proviene ese olor a metano?, ¿por qué ese estado lamentable? Si hay tantos estudios, tantos informes, tantos datos y tantas resoluciones indicando la solución, no debería estar así.

La realidad es que las visitas solo sirven para una foto generalmente política, los estudios, informes etcétera para dar trabajo a ecologistas parados, y a las grandes multinacionales para no tributar a Hacienda. Así que menos informes, estudios y visitas y más acción, que si todo lo gastado en papel lo hubiesen hecho en depuradoras y si hubiesen preguntado a agricultores, pescadores y colectivos obreros de la marjal, ya sabrían qué hacer. Pero claro... qué sabrán ellos. Mateo Pardo Hernández. Algemesí.