Transcurrido un año de gestión del nuevo Gobierno de la Generalitat Valenciana, el movimiento vecinal valenciano tiene la obligación de presentar su valoración. No es nada fácil, debido a la abundancia y prolífico de las actuaciones en las diferentes consellerías. Sin pretender ser excluyente, sin duda alguna, una de las notas de cambio ha sido que devolviesen la atención sanitaria al conjunto de la población y, como manifestó el presidente Ximo Puig, «garantizar legalmente a todos los ciudadanos que vivan en la CV el derecho a la salud, tengan el color de piel que tengan o vengan de donde vengan». Así mismo, la futura Ley por la función social de la vivienda, asequible, digna y adecuada, incluyendo las ayudas de pobreza energética, darán respuesta a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Aplaudimos, también, la nueva orientación en la planificación a favor de la denostada educación pública tras años de cierres constantes en pro de los centros concertados (privados).

La entrada de nuestra organización en los Consejos autonómicos de las Consellerias de Educación, Medio Ambiente, Vivienda, Justicia, y nuestra continuidad en Sanidad, muestran el reconocimiento a nuestra labor durante décadas en las redes vecinales y ciudadanas en nuestro País. Sin embargo, nos sentimos incómodos de estar adscritos a una Conselleria de Transparencia, Responsabilidad social, Participación y Cooperación, que no sólo nos retira una subvención para el mantenimiento de nuestra estructura básica, (con el riesgo de cierre de nuestra sede y opción de financiación privada) sino que responde con un «No, no y no» a todo planteamiento, propuesta o alternativa. Hostil e incomprensible indiferencia, de la que duele.

La conselleria de Manuel Alcaraz, se ha dedicado en cuerpo y alma a la Transparencia y Buen Gobierno, lo que es muy memorable, así como al apoyo explicito de los Centros valencianos en el Exterior, a la Federación Valenciana de Casas Regionales de España y a las ONGs. Pero cuando se trata de Participación Ciudadana, descarta la legitimidad de nuestra entidad y pasa a ser un foro virtual para recoger aportaciones de la ciudadanía, de manera individual, a los borradores o reglamentos confeccionados unilateralmente por los órganos políticos y técnicos. Así no se motiva el asociacionismo. No nos sorprende; la exclusión de los colectivos ciudadanos en el Consejo de Transparencia o en el futuro Consejo Ciudadano (sic) de la nueva RTVV marca tendencias inasumibles para el movimiento vecinal valenciano que tiene derecho a participar de los asuntos públicos. Aún así, tenemos esperanzas en las oportunidades que ofrece el cambio político, sorteando las dificultades presentes, superando posiciones encontradas, habida cuenta de la receptividad de otras Consellerias, como la de Igualdad y Políticas Inclusivas, de participar de nuestros proyectos sociales y ciudadanos que mantenemos activos y de mutua colaboración.