El Ayuntamiento de Valencia ha decidido prohibir el bou embolat y el bou en corda. Poco a poco, los ayuntamientos del cambio avanzan hacia la prohibición de la tortura de animales, sin duda un avance importante ante una aberracion incomprensible que no se comprende en estos tiempos. Pero todavía hay miedo a las mafias taurinas, a los grandes terratenientes ganaderos y a las grandes fortunas que forman el mundo del toro; por eso nadie se atreve contra las corridas, novilladaa y demás barbaries propias del Medievo y no de sociedades avanzadas. Hasta Pablo Iglesias se acogió a lo que los ciudadanos voten, como si la tortura y la impiedad fueran votables. María Luisa Bello Sellés. Valencia.