Nunca sabes con certeza hasta que llega el momento clave qué partido es el que va a ganar. Sabes mucho menos lo que va a conseguir el ganador, y mucho menos lo que va a beneficiarse el objeto de esa lucha, esto es: el pueblo.

Si confías en uno al final de la corrida te quedas con el amargo sabor de haber quedado poco menos que a la cola de Europa. Si, acto seguido, confías en los siguientes, entonces te encuentras en que todas las mejoras prometidas quedan convertidas en agua de borrajas, esto es: vacías.

Y hoy, en las segundas elecciones€ ¿qué piensas?..... Nada. ¿Para qué? Si viendo cómo se desarrollan los actos parece que vamos a las terceras elecciones!

Pobre pueblo que tiene semejantes dirigentes. Vamos hacia atrás, como los cangrejos. Enrique San Valero. Valencia.