El sábado 26 de junio vimos una escena en la Gran Vía Marqués del Turia que nos dejó embelesadas. Un grupito bien completo „suponemos que un matrimonio y sus nietos„ llevaba tres perritos y un gato con su jaula. Había que ver lo que hacían y cómo lo hacían. Trataban a sus mascotas, tanto los mayores como los niños, de un modo que nos dejaron boquiabiertas. ¿Y la recogida de los desechos? Los niños se desvivían por depositarlos en lugares adecuados y después adecentar a sus canes. Hasta el gato pareció pedir también algo de libertad y se la concedieron a condición de ir sujeto con una correíta. Casos como estos producen una satisfacción sin límites de regocijo y de entereza. A ver si cunde el ejemplo. Mª del Carmen García, Rosa Antúnez. Valencia.