El pasado 10 de julio publicaba Levante-EMV un reportaje con el título «La Escuela Oficial de Idiomas se juega su crédito y su futuro». Como miembro del profesorado de la EOI recorro las líneas del texto con gran asombro, buscando la mancha de credibilidad y no la encuentro por ninguna parte. Bueno, sí, la encuentro en algo que no atañe a la EOI, sino al diseño de las pruebas planificado por el Consell de la anterior etaPPa, algo que afecta a la organización de los exámenes libres pero no a la docencia ni el desarrollo normal del curso oficial.

En el artículo se repite la expresión «aviso para navegantes». ¿Se refiere a los alumnos porque va a aumentar la exigencia de las pruebas? Se afirma que se avecinan cambios radicales en la estructura y funcionamiento de las EEOOII. ¿Qué sentido tiene advertir, y a quién, cuando se supone que las autoridades que velan por nuestros intereses están planificando una mejora?¿A quién pretenden inquietar?

Sería fabuloso que en lugar de aumentar, como se ha hecho estos años, incluido el plan 2016-17, la carga lectiva, se redujera y se facilitara la formación del profesorado, ¿cómo no? Pero ¿por qué emplea ese lenguaje admonitorio lleno de sombras y vaguedades? Ana Gómez García. Valencia.