Hace tres años, mi padre tuvo que cambiar de vida ylo que él más apreciaba: su casa. Tras meses de búsqueda y solicitudes, trasladamos sus bártulos a la residencia Palacio de Raga, en pleno casco antiguo de Valencia. Un palacete donde lo realmente lujoso no es su jardín o su pórtico, sino las personas que trabajan en él día a día haciendo que la vida de las personas mayores sea todo lo magnífica (o más) como en sus manos esté. Y el que estaba como un príncipe era Juan Ubeda, Juanito. Sus hijos no tenemos palabras para agradecer el trato recibido por todo el equipo.

Un trabajo puedes hacerlo mal, bien o fenomenal. Nosotros tenemos muy claro que fenomenal se les queda corto. Amparo la doctora, Pepa la asistente, la otra Amparo micrófono en mano€ y el resto de equipazo que no puedo nombrar. La paciencia y el amor están fuera de nómina. Muchas gracias por vuestro cariño. Amparo Úbeda Abarca. Valencia.