Se dirá lo que se quiera, pero en España, desde 1931 hubo una persecución religiosa que afectó a la Iglesia católica y a miles de personas por el hecho de ser católicos. Fueron asesinados por odio a la fe sacerdotes, obispos, religiosos y religiosas,

y hasta simples fieles laicos, seminaristas,

novicios.... Esto no es política. Esto es la verdad. Y la Iglesia, cuando beatifica a los mártires no hace política, sino que les propone como modelo para los cristianos actuales, para que les imitemos en su fortaleza en la fe y en el amor. Dijo San Juan Pablo II en una ceremonia de beatificación de mártires españoles: «Estos mártires vivieron amando y murieron perdonando». José Vicente Martínez. Alberic.