La tarea de vestir a Rajoy con traje de presidente es dura y el PP no da con la tecla, quizás porque está acostumbrado a un cuatrienio de mayoría absoluta legislando por decreto sin contar con ningún otro grupo parlamentario sino, más bien, desdeñandoles. Ahora que su mayoría es minoritaria y necesita la colaboración de los que durante 1440 días fueron, de una u otra forma, objetos de su desdén y su arrogancia, simplemente esa tecla no existe. Y, mucho menos, de la forma que el PP la plantea: «Mire, yo soy el candidato del partido más votado; mis reformas están llevando al país y a su economía a la recuperación y no hay marcha atrás... ustedes, por el bien de España, deben apoyarme porque el país necesita tener un gobierno y es lógico que lo presida el partido más votado». Don Mariano nunca habrá sido el responsable de que los demás grupos no vean la realidad. Francisco López Cordón. Valencia.