Francia, Alemania... decenas de muertos y heridos. La gente, ha perdido el sentido de la moral, del respeto a lo ajeno, y a los ajenos así como de la tolerancia. ¿Cuánto odio albergan esos corazones para cometer semejantes crímenes?

Los países occidentales, aquellos denominados democráticos, nos encontramos bajo la autocracia de los políticos y de sus pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza) y abandonan las virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza). ¡Ojo, quien esto suscribe es ateo! Y, sin embargo, a nuestros políticos no les vendría mal leerse la ética y aplicarla al pueblo así, como a ellos mismos.

A un servidor, a mis 76 años, le dan ganas de llorar cuando escucho hablar a los políticos de los problemas económicos. Nunca dicen que el gasto que ellos producen con sus suntuosos salarios y extras, son demasiados para España, un país demasiado chico y pobre para soportar el elevado número de políticos. Nuestro Planeta Azul se ha vuelto loco y las desigualdades sociales y raciales crean la levadura perfecta para tantos crímenes indiscriminados. José Pardo Ferrer. Chiva.