Hay una compañía dedicada al negocio del seguro de vehículos, entre otros cometidos, que desde hace tiempo vende su producto de forma bastante carente de rigor y seriedad comercial. Pretendiendo comprar al cliente más que venderle su servicio de forma profesional haciendo valer el mismo por sus características, bondades y/o puntos fuertes.

Pero no, pretende vender su producto ofreciendo bajar el precio „desconociendo cuál es„ del que el potencial cliente está pagando en otra compañía donde tenga contratado el servicio. Con el consiguiente chasco de que después, a la hora de la verdad, no es tan bonito como lo pintan. ¿Acaso no es una publicidad miserable? Antonio Giménez López. Torrent.