Según informaba este periódico días atrás respecto a permitir un nuevo gobierno, el señor Puig proponía un «debate sereno y laico». Me parece bien que desee debatirlo serenamente pero, ¿qué significa un debate laico? ¿Tal vez se propone que todas las opiniones sean ateas? ¿O que los cristianos no opinen? Y sobre todo, ¿qué tendrá que ver el laicismo con aceptar un gobierno? El señor Puig puede acabar diciendo que desea una paella laica, o que el Valencia utilice una táctica futbolística laica. Me da la impresión de que padece una ligera obsesión laicista. Y no me gustan los fanatismos. Ignacio Juez.Valencia.