El pasado 29 de octubre, este periódico informaba del plazo de espera para operarse, según datos facilitados por la Generalitat. Se trata de datos irreales elaborados con la finalidad de simular el plazo de espera real. Un ejemplo claro es mi caso.

En el año 97 me aparecieron problemas de artrosis, pero asumí el consejo médico: «Mientras puedas andar no conviene operar». El pasado verano ya no podía caminar, tuve que esperar cita con el de cabecera hasta el 27 de agosto de 2015. Ante la evidencia me envió al traumatólogo quien inmediatamente dijo que mi situación requería intervención quirúrgica. Pero no me dieron cita con los cirujanos hasta el 11 de abril de 2016. En esa fecha me dijereon que esperara a que me llamaran y sigo en espera. Es decir, más de 200 días después que yo acudiera con signos evidentes de necesidad de intervención quirúrgica.

Sin embargo, los plazos de espera se cuentan desde que te visita el cirujano, aunque desde meses antes un especialista competente haya estimado la necesidad de la operación. Así las cosas, todo el tiempo que se retrasa la visita, entre la fecha en que el especialista diagnostica y la cita con el cirujano que debe operar es tiempo que se reduce injustamente del plazo de la lista de espera. Así, a pesar de que yo llevo esperando más de 14 meses, Sanidad dice que solo llevo 143 días. José Luis Ramos Segarra. Valencia.